
Un abrazo cálido de la tradición
El ponche navideño no es solo una bebida, es una tradición que se sirve en cada sorbo, un festín de colores, aromas y sabores que nos conecta con el espíritu de la Navidad, como un abrazo que nos recuerda que la magia está en los pequeños momentos, en las cosas sencillas, y en las raíces de nuestra tierra.
Cada fruta que le acompaña es una joya de la temporada: el tejocote, como un pequeño sol que estalla en dulzura y acidez, la caña, que deja un rastro de frescura como el susurro del viento entre los cañaverales, y la manzana, que trae consigo la suavidad de las lluvias otoñales. La guayaba, tan fragante, es la promesa de los campos dorados, mientras que la naranja corta el aire con su esencia cítrica, como un amanecer brillante.
El toque de jamaica se convierte en un delicado susurro, como el eco de una flor que se abre en el otoño, mientras los clavos y la canela se entrelazan en un abrazo cálido, como la sabiduría de los abuelos que enseñan a saborear la vida. Todo se une con el piloncillo, que endulza el alma como un recuerdo dulce de la infancia, un abrazo que envuelve y reconforta.
Ingredientes:
- 500 gr de tejocotes
- 1 kg de cañas
- 600 gr de peras
- 600 gr de manzanas
- 500 gr de guayabas
- Un cono de piloncillo
- 200 gr de ciruela pasa
- Dos rajas de canela
- 50 gr de Jamaica
- Una cascara de naranja
- Dos clavos de olor
- Cuatro litros de agua
- Sotol Cuernos al gusto
Preparación:
- En una olla hervir el agua.
- Pelar y partir la fruta.
- Cuando el agua hierva añadir los tejocotes y la caña
- Mas tarde agregar el resto de la fruta
- Añadir la ciruela, el piloncillo, la canela y la cascara de naranja
- Se añade la jamaica y se deja hervir.
- Servir caliente o dejar enfriar si lo prefiere frio, agregar sotol cuernos al gusto